La vivienda es algo muy importante y muy caro que una persona puede comprar. Por eso, es bueno saber cómo está el mercado de la vivienda y cómo nos afecta el precio.
En este artículo, vamos a ver cómo han cambiado los precios de la vivienda en México desde 2021 hasta 2025, usando los datos del Índice SHF de Precios de la Vivienda en México, que hace la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
Si estás pensando en comprar una casa, este artículo te va a ayudar a entender mejor la situación actual y a tomar una mejor decisión. ¡No te lo pierdas!
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El Índice SHF de Precios de la Vivienda en México es un indicador que mide cómo cambian los precios de la vivienda en el país, tanto nueva como usada, a nivel nacional, estatal y municipal. Se basa en la información de los créditos hipotecarios que hacen las instituciones financieras, como bancos, sofoles, sofomes y el Infonavit.
El índice se publica cada tres meses y se divide en dos categorías: el Índice SHF de Precios de la Vivienda Nueva y el Índice SHF de Precios de la Vivienda Usada. Cada uno de estos índices se divide a su vez en cuatro tipos de vivienda: residencial, residencial plus, media y económica.
El Índice SHF de Precios de la Vivienda en México es una herramienta útil para conocer las tendencias del mercado de la vivienda, comparar los precios entre diferentes regiones y tipos de vivienda, y evaluar si conviene invertir en vivienda.
Según el último reporte del Índice SHF de Precios de la Vivienda en México, del tercer trimestre de 2025, los precios de la vivienda en el país han aumentado en promedio un 7.2% al año en términos reales, es decir, quitando el efecto de la inflación.
Este aumento es el más alto desde el primer trimestre de 2021, cuando los precios de la vivienda crecieron 7.4% al año en términos reales. Desde entonces, los precios han seguido subiendo, con algunos altibajos.
El aumento de los precios de la vivienda en México se explica por varios factores, entre los que destacan la demanda, la oferta, los intereses, la inflación, la pandemia de Covid-19 y las políticas públicas, que explicaremos más adelante.
El comportamiento de los precios de la vivienda en México no ha sido igual para todos, sino que ha tenido diferencias según el tipo, el tamaño, el lugar y el tiempo de la vivienda. A continuación, veremos algunos ejemplos de estas diferencias.
El tipo de vivienda se refiere a la categoría que se le da a la vivienda según su valor, su tamaño y su nivel de equipamiento. El Índice SHF de Precios de la Vivienda en México distingue cuatro tipos de vivienda: residencial, residencial plus, media y económica.
Según el último reporte del índice, el tipo de vivienda que ha tenido el mayor aumento de precios en términos reales es el residencial plus, con un 9.1% al año, seguido por el residencial, con un 8.2% al año. Estos tipos de vivienda son los más caros, grandes y equipados del mercado. Por el contrario, los tipos de vivienda media y económica han tenido aumentos menores, de 6.9% y 5.8% al año, respectivamente. Estos tipos de vivienda son los más baratos, pequeños y sencillos del mercado.
El tamaño de vivienda se refiere a la superficie construida de la vivienda, es decir, el espacio que ocupa la vivienda dentro del terreno. El tamaño de vivienda puede influir en el precio, el confort y la calidad de vida de los habitantes.
Según el último reporte del índice, el tamaño promedio de las viviendas en México es de 84.6 metros cuadrados, con una variación de 77.8 metros cuadrados para la vivienda usada y 91.4 metros cuadrados para la vivienda nueva.
El tamaño de vivienda varía según el tipo de vivienda, siendo el residencial plus el que tiene el mayor tamaño promedio, con 197.9 metros cuadrados, y el económico el que tiene el menor, con 50.9 metros cuadrados.
El tamaño de vivienda también varía según el lugar de vivienda, siendo la Ciudad de México la entidad con el mayor tamaño promedio, con 114.5 metros cuadrados, y Chiapas la que tiene el menor, con 64.7 metros cuadrados.
El lugar de vivienda se refiere a la ubicación geográfica de la vivienda, es decir, el estado, el municipio, la localidad y la zona donde se encuentra. El lugar de vivienda puede influir en el precio, la accesibilidad y la calidad de vida de los habitantes.
Según el último reporte del índice, el lugar de vivienda con el mayor precio promedio en México es la Ciudad de México, con 2.8 millones de pesos, seguido por Nuevo León, con 1.6 millones de pesos. Estos lugares de vivienda son los más urbanizados, poblados y desarrollados del país.
Por el contrario, los lugares de vivienda con el menor precio promedio son Chiapas, con 0.5 millones de pesos, y Oaxaca, con 0.6 millones de pesos. Estos lugares de vivienda son los más rurales, dispersos y rezagados del país.
Los precios de la vivienda no solo dependen del tipo, el tamaño, el lugar y el tiempo de la vivienda, sino también de otros factores que afectan la oferta y la demanda de vivienda en el mercado. Algunos de estos factores son:
La demanda de vivienda es la cantidad de viviendas que las personas quieren y pueden comprar a un determinado precio. La demanda de vivienda depende de varios factores, como el crecimiento demográfico, el ingreso de las personas, el crédito hipotecario, las preferencias de los consumidores y los programas sociales de vivienda.
En México, la demanda de vivienda ha aumentado debido al crecimiento de la población, especialmente de la población económicamente activa, que busca tener un patrimonio propio.
También ha aumentado el ingreso per cápita de las personas, lo que les permite acceder a mejores opciones de vivienda. Además, se han mejorado las condiciones crediticias, con tasas de interés bajas y estables, y se han desarrollado programas sociales de vivienda, como el programa de subsidios de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).
La oferta de vivienda es la cantidad de viviendas que los productores están dispuestos a vender a un determinado precio. La oferta de vivienda depende de varios factores, como el costo de construcción, el suelo urbano, la regulación ambiental y urbana, la competencia entre los desarrolladores y la capacidad de producción de las empresas constructoras.
En México, la oferta de vivienda ha sido limitada por la escasez de suelo urbano, que encarece el precio del terreno y reduce el espacio disponible para construir. También ha sido limitada por los altos costos de construcción, que se han incrementado por el aumento en los precios de los materiales de construcción y la inflación.
Asimismo, ha sido limitada por la regulación ambiental y urbana, que establece requisitos y normas para la construcción de viviendas. Por otro lado, la oferta de vivienda ha sido impulsada por la competencia entre los desarrolladores, que buscan ofrecer mejores productos y servicios a los consumidores, y por la capacidad de producción de las empresas constructoras, que han mejorado su eficiencia y calidad.
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Las tasas de interés son el precio del dinero, es decir, el costo de pedir prestado o el beneficio de prestar. Las tasas de interés influyen en el precio de la vivienda, ya que afectan el acceso al crédito hipotecario y la inversión en vivienda.
En México, las tasas de interés han mantenido niveles bajos y estables, lo que ha favorecido el acceso al crédito hipotecario y la inversión en vivienda. Según el Banco de México, la tasa de interés promedio de los créditos hipotecarios otorgados por la banca comercial fue de 9.7% en 2021 y de 9.2% en 2025. Estas tasas de interés son menores a las que se registraron en años anteriores, como 10.8% en 2019 y 11.3% en 2018.
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios en una economía. La inflación influye en el precio de la vivienda, ya que afecta el poder adquisitivo de las personas y el riesgo de incumplimiento de los deudores.
En México, la inflación ha mostrado una tendencia decreciente, pasando de 5.3% en 2021 a 4.2% en 2025, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del INEGI. Esta inflación es menor a la que se observó en años anteriores, como 6.5% en 2019 y 6.8% en 2018. Esta inflación ha preservado el poder adquisitivo de los compradores y ha reducido el riesgo de incumplimiento de los deudores.
La pandemia de Covid-19 es la crisis sanitaria y económica provocada por el virus SARS-CoV-2, que se originó en China a finales de 2019 y se extendió por todo el mundo en 2020 y 2021. La pandemia de Covid-19 influye en el precio de la vivienda, ya que genera cambios en las preferencias y hábitos de los consumidores.
En México, la pandemia de Covid-19 ha generado cambios en las preferencias y hábitos de los consumidores, que han buscado viviendas más amplias, confortables y seguras, con espacios para el trabajo remoto y el esparcimiento familiar. Estos cambios han aumentado la demanda de viviendas de mayor valor y calidad, especialmente en zonas periféricas y suburbanas, donde hay más disponibilidad de suelo y menor densidad poblacional.
Las políticas públicas son las acciones y decisiones que toma el gobierno para atender las necesidades y demandas de la sociedad. Las políticas públicas influyen en el precio de la vivienda, ya que promueven el desarrollo de la vivienda social, el fomento de la vivienda en renta, la rehabilitación de la vivienda existente, la regularización de la tenencia de la tierra y la mejora del entorno urbano.
En México, las políticas públicas han promovido el desarrollo de vivienda social para sectores de menores ingresos, mediante subsidios, créditos y apoyos de Conavi, Infonavit y Fovissste. También han fomentado la vivienda en renta como alternativa de acceso, a través del Programa de Arrendamiento Social de la SHF.
También se han mejorado viviendas existentes y regularizado la tenencia de la tierra para elevar la calidad de vida, a través de programas de la SHF y Sedatu.
El sector de la vivienda en México enfrenta varios retos y oportunidades para el futuro, que se relacionan con las tendencias globales y locales que afectan la forma de vivir y habitar. Algunas de estas tendencias y desafíos son:
La digitalización es el proceso de transformación de los procesos, productos y servicios mediante el uso de las tecnologías digitales, como el internet, las redes sociales, el comercio electrónico, el big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas.
La digitalización influye en el sector de la vivienda, ya que facilita la búsqueda, la compra, la venta, la renta y la administración de las viviendas, así como la prestación de servicios asociados a la vivienda, como la seguridad, la limpieza, el mantenimiento y la gestión energética.
En México, el sector de la vivienda ha avanzado en la digitalización, mediante el uso de plataformas digitales, aplicaciones móviles, portales web y redes sociales, que permiten a los usuarios acceder a información, ofertas, asesoría y financiamiento de vivienda de forma rápida, sencilla y segura.
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La sustentabilidad es el equilibrio entre el desarrollo económico, social y ambiental, que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las del futuro.
Además, influye en el sector de la vivienda, ya que promueve el uso eficiente de los recursos naturales, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la conservación de la biodiversidad y la mejora de la calidad de vida de las personas.
En México, el sector de la vivienda ha incorporado criterios de sustentabilidad, mediante el diseño y la construcción de viviendas que aprovechan la energía solar, el agua de lluvia, los materiales reciclados y las plantas nativas.
También ha incorporado criterios de sustentabilidad, mediante la obtención de certificaciones ecológicas, como el Distintivo ESR, el Sello Verde y el LEED, que reconocen el compromiso de las empresas con el medio ambiente⁴ .
La inclusión en el sector de la vivienda busca ofrecer vivienda digna y accesible para todos, especialmente para los más vulnerables y marginados.
En México, el sector de la vivienda impulsa acciones de inclusión a través de viviendas sociales para sectores de bajos ingresos con subsidios y créditos del gobierno. También promueve la vivienda en renta como una alternativa flexible y accesible, y adapta viviendas para personas con discapacidad con rampas, elevadores y baños adaptados.